martes, 22 de noviembre de 2011

Heródoto describe Egipto

Dice Heródoto en su "Euterpe" que Egipto es una especie de terreno postizo y como un regalo del río Nilo. Sobre el terreno egipcio dice que si "navegando uno hacia él echare la sonda a un día de distancia de sus riberas [se refiere a las que llegaban los barcos griegos], la sacará llena de todo de un fondo de once orgías [medida de lngitud griega]. Tan claro se deja ver que hasta allí llega el poso que el río va depositando".

Desde la costa hasta Heliópolis -dice Heródoto- Egipto es un país bajo, llano y extenso, con falta de agua y con abundantes ciénagas. Si se camina desde Heliópolis río arriba Egipto se convierte en un estrecho valle. "Por un lado tiene la sierra de los montes de Arabia, que se extiende desde el Norte al Mediodía y al viento Noto [viento del sur que traía tormentas entre el verano y el otoño], avanzando siempre hasta el mar Eritrheo... están las canteras que se abrieron para las pirámides de Menfis". Luego la cordillera tuerce hacia Heliópolis "siendo su extremidad oriental muy feraz en incienso". 

Luego pasa a hablar de los límites con Libia, donde "se dilata otro monte pedregoso, donde están las pirámides... así pues, desde Heliópolis arriba, lejos de ensancharse la campiña, va alargándose como un angosto valle por cuatro días enteros de navegación, en tanto grado, que la llanura encerrada entre las dos sierras, la Líbica y la Arábica, no tendrá a mi parecer más allá de 200 estadios en su mayor estrechura, desde la cual continúa otra vez ensanchándose el Egipto". El estadio era una medida de longitud griega equivalente a algo más de 174 metros. 

Luego habla que desde Heliópolis hasta Tebas hay nueve días de navegación. Y continúa: "Al contemplar aquel valle estrecho entre los dos montes que dominan la ciudad de Menfis, se me figuraba que habría sido en algún tiempo un seno de mar, como lo fue la comarca de Ilion, la de Teutrania, la de Efeso y la llanura del Meandro, si no desdice la comparación de tan pequeños efectos con aquel tan admirable y gigantesco. Porque ninguno de los ríos que con su poso llegaron a cegar los referidos contornos es tal y tan grande, que se pueda igualar con una sola boca de las cinco por las que el Nilo se derrama". 

La suposición de Heródoto de que el terreno donde se encontraba Menfis (hoy Mit Rahina) pudo haber estado cubierto por el mar antiguamente, se sabe hoy que no es verosímil.

(Restos de templo de Ptah, dios de la magia y de los constructores)

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