jueves, 8 de diciembre de 2011

Leer a Virgilio

Presta la gente a aderezar la caza.
Pieles arranca, entrañas desaloja;
Quién la carne, que a miembros apedaza; 
Fija en el asador, tremente y roja; 
Quién da en la orilla a las calderas plaza,
Y fuego allega; y ya en el musgo y hoja
Cobran tendidos el vigor postrado
Con vino añejo y nutridor bocado.
("Eneida", I, XL).

 (Eneas llevando a su padre)

¿Puede alguien decir que Virgilio es aburrido? Vivió en el siglo I antes de Cristo, solo cincuenta y un años. ¿Quien sabe lo que nos hubiera legado con unos años más de vida? Dejó la "Eneida" inacabada, por lo que debemos agradecer a Vario y Tulca que la publicasen, así como a sus protectores, Mecenas y Augusto. Virgilio estudió retórica, filosofía, matemáticas y medicina, pero tuvo tiempo para la poesía y para la épica: el héroe que recorre el Mediterráneo, baja a los infiernos...













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