domingo, 25 de diciembre de 2011

Miseria y gloria de un romano (1)

 (El mozuelo de nuestra historia)

Aquel mozuelo fue nombrado sacerdote de Júpiter a la edad de dieciseis años, aunque dicen otros que ya lo era hacía tres años, pero es ahora cuando repudió a Cossutia, con la que había sido desposado desde la infancia. Tomó entonces por esposa a Cornelia, hija de Cinna, resistiendo a la presión de Sila para que la repudiara. Entonces éste le destituyó como sacerdote y le privó de otros bienes, teniendo el jovenzuelo que escapar de la persecución del dictador aún sufriendo fiebres de cuartana. Imploró entonces a las vírgenes Vestales y consiguió el perdón, pero Salustio pone en boca de Sila las siguientes palabras: ... mas sepan que llegará un día en que ése, que tan caro les es, destruirá el partido de los nobles, que todos juntos hemos defendido...

La primera vez que luchó el mozuelo como militar fue en Asia; enviado a Bithinia se paró en la casa de Nicomedes, "corriendo el rumor de que se prostituyó con él", acusación que le perseguiría toda su vida, pero esto poco importa poque en el acoso a Mitilene recibió una corona cívica, lo que le dio mucho prestigio. También luchó en Cilicia, pero al enterarse de la muerte de Sila regresó a Roma, renunciando a los ofrecimientos que le hizo M. Lépido. Aquí acusó de concusión a Cornelio Dolabella, lo que era costumbre en la época, pues de esta manera tuvo la ocasión de lucirse, y un indicio de que la acusación se hizo sin base es que Dolabella fue absuelto y entonces el mozuelo se retiró a Rodas, donde tuvo ocasión de escuchar a Apolonio Morón; pero antes de llegar a Rodas, mientras navegaba por el Mediterráneo, fue caputrado por unos piratas, a quienes el mozuelo no se cansaba de amenazar con su venganza. Le fue permitido enviar a colaboradores suyos para traer el precio del rescate y fue liberado, pero solo esto, empezó la persecución de sus captores y les sometió a suplicio, en lo que ya apuntaba maneras de crueldad.

(Moneda de Bithinia)

Dando muestas de su carácter pendenciero, sin venir a cuento, se alió con los opositores de Mitrídates del Ponto y luego regresó a Roma para ser nombrado Tribuno militar. Aquí demostró capacidad para restablecer el poder tribunicio, que había ido decayendo durante la dictadura de Sila. Aprovechando su influencia hizo aplicar la proposición Plocia para la repatriación de L. Cinna, su cuñado, y de todos aquellos que habían apoyado a Lépido. Ya cuestor elogió a su tía Julia y a su esposa Cornelia, que acababan de morir. Entonces comenzó su manía por hacer descender a la primera de los dioses inmortales, lo que extenderá más tarde a su propia persona. No tardó mucho tiempo en casarse con Pompeya (hija de Pompeyo y sobrina de Sila) en lo que se demuestra que las luchas civiles en la Roma de la época eran cosa de unas pocas familias. Luego se divorció de ella por sorpechar que le había sido infiel repetidamente con P. Clodio. Es simpático cómo Suetonio relata este asunto: ... se acusaba [a Clodio] de haberse introducido en sus habitaciones disfrazado de mujer durante las ceremonias religiosas... y el Senado decretó que se trataba de sacrilegio.


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