jueves, 1 de diciembre de 2011

Una época de turbulencias


¿Y cual no lo ha sido? cabría preguntarse. Pero a la que me quiero referir es a ese dilatado período que va desde que pueblos de diverso origen se internan en el imperio romano y este desaparece ya como entidad política. Los godos "foederati" vivían en el interior del imperio con plena autonomía, exentos de pagar impuestos y pagados para formar parte del ejército romano; hasta tal punto esto es así que elementos godos llegaron a puestos directivos del ejército. El propio emperador Teodosio ya no se invistió del título de "pontifex maximus" y en su época se persiguió al paganismo. La distorsión de las cosas había sido grande, incluso el año final de los juegos olímpicos antiguos fue en 393.

El mismo ejército romano en época de Teodosio era inferior en número de hombres que el de los pueblos bárbaros: en campaña solía haber 135 legiones y 198 "auxilia" (unos 180.000 hombres de infantería) además de 88 regimientos de infantería (44.000 hombres); en las fronteras, 10 flotillas fluviales, 250.000 hombres de infantería y 25.000 de caballería. 

África pasó a ser autónoma de "facto" a finales del siglo IV ("comes" Gildon); desde el 427 hasta la invasión de los vándalos África fue independiente ("comes" Bonifacio) y el derecho romano siguió en vigor aún cuando se fue desintegrando a lo largo del siglo V en el imperio occidental. El reino de Siagrio (s. V) fue un resto de soberanía romana sobre parte de las Galias, con capital en Soissons. Es la época en la que el poeta Rutilio Namaciano escribía: Para renacer, es necesario sacar partido de la adversidad y el galo Salviano desarrolló ideas radicales en su "De gubernatione Dei". Incluso en cierta medida la supervivencia del imperio oriental se hizo a costa de pactar con los bárbaros la ocupación del imperio occidental.

Los terratenientes, por su parte, empezaron a tener "bucellarii", milicias privadas que trataban de suplir a las fuerzas del orden, totalmente dispersadas. Salvo en lo político, ya se daban formas feudales en el siglo IV: "el gran latifundio formaba... una unidad autónoma en los planos económico, fiscal, jurídico y religioso, que tendía a arrogarse funciones públicas" (Franz Georg Maier). Hay una convergencia en algunos sectores de la sociedad: los esclavos se van convirtiendo en colonos y los campesinos libres también, y no debemos olvidar que ya en 332 un edicto de Constantino hizo que el colono quedase sujeto a la gleba (al registro catastral de la finca que trabajaba como arrendatario) y, de esta manera, a su profesión y a su señor. La burguesía urbana perdió su significación social y la condición de ciudadano se fue convirtiendo, imperceptiblemente, en la de súbdito. 

Incluso hay historiadores que consideran que hasta el siglo III la sociedad romana estaba organizada de forma parecida a un régimen liberal-capitalista (excepción hecha del mundo esclavo), mientras que a partir de dicha centuria el dirigismo estatal  hace que la sociedad sea más cerrada por las disposiciones que obligaban a heredar la profesión de los progenitores, entre otras. Casi todas las figuras significativas de la cristiandad occidental, hasta muy entrado el siglo V, pertenecen a África, el territorio más independiente del imperio: Tertuliano, Minucio, Cipriano, Arnobio, Lactancio y Agustín de Hipona.

(Reino de Siagrio con capital en Soissons)

No hay comentarios:

Publicar un comentario