lunes, 26 de diciembre de 2011

Vindicación de Licurgo


 En las historias de la Grecia antigua Esparta siempre queda desfavorecida en comparación con Atenas, a pesar de que en esta ciudad se cometieron tantos crímenes como en cualquier otra. La legislación espartana, tal y como nos ha llegado a partir de un personaje del que no sabemos siquiera si existió, es digna de tenerse en cuenta, pero ahora no hablaré de dicha legislación, sino de la personalidad de Licurgo, o la de aquel que inspiró la legislación que haría de Esparta una gran potencia en determinado momento. 

Ni siquiera sabemos la época en que vivió Licurgo, hablando algunos de que fue contemporáneo de Homero (siglo VIII antes de Cristo), otros que vivió cuando los Heráclidas, es decir, en época de los primeros reyes de Esparta; otros lo hacen anterior a la primera Olimpíada. Timeo habla de que hubo al menos dos Licurgo en Esparta, de forma que no sabemos si posteriormente la obra de ambos se sintetizó en un solo personaje o uno de ellos es el legislador y el otro no. 

El poeta Simónides dice que el padre de Licurgo es Prutanis (o Prytanis) pero todo ello se nos escapa en la noche de los tiempos. Por último, Eutuquidas lo hace sexto desde Patrocles y undécimo desde Hércules; siendo éste personaje mitológico, todo es posible y nada podemos dar por cierto. Sí parece más histórico que el padre de Licurgo habría sido víctima del desorden en Esparta, por lo que éste se vio inclinado a poner el orden que no existía y de ahí su labor legisladora.

Sucedió al padre de Licurgo el hermano de éste, Poludectes, el cual reinó dejando un hijo póstumo. Como la viuda hablase con Licurgo para deshacerse del niño antes de nacer y así poder reinar ambos juntos, nuestro personaje le fue dando largas hasta conseguir que el niño naciese, diciéndole que luego le daría él muerte. Pero nacido el niño, Licurgo lo presentó a los nobles como rey y a él mismo como regente. "Os ha nacido un rey, oh Esparciatas" -escribe Plutarco- que dijo Licurgo, dándole al niño el nombre de Carilao. Todo ello puso en contra de nuestro protagonista a la familia de la viuda, hasta tal punto de que un hermano de ella, Leónidas, "zahiriendo en una ocasión a Licurgo con demasiada osadía, se dejó decir que ya sabía que él había de reinar, haciendo nacer sospecha, y sembrando contra Licurgo la calumnia, si al Rey le sucedía algo, de que había atentado contra él". Entonces Licurgo se aparta voluntariamente y se va a Creta, donde toma buena nota de la forma de gobierno que allí había. Conoció a Tales (no al de Mileto, sino a otro de este nombre); luego se fue a Asia, quizá estuvo en Egipto, y si es así apuntó todo lo relativo al estatuto del ejército, claramente diferenciado del resto de la población. (Arriba, Hércules Farnesio).

Algunos hay que dicen estuvo en Libia, España en incluso en el Indo, donde habría estado en contacto con los gimnosofistas. Aquí no trato de elogiar la historia espartana, pero sí de poner en valor los ideales de un personaje que -existiera o no- se le han atribuido ciertas virtudes. Estas virtudes son las que vindico.

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