jueves, 5 de enero de 2012

Antiguos periódicos de Pontevedra (y 2)


 A partir de 1868 el número de publicaciones se dispara: aparecen periódicos antimonárquicos como "La Voz del Pueblo", que rezaba en su cabecera "abajo los Borbones, viva el pueblo soberano, gloria eterna a la marina, al ejército y al pueblo" (1868); otros eran declaramente republicanos, como "El Deber", cuya cabecera rezaba "republicano, federal e independiente" (1873); otros utilizaban el término "democracia" en su nombre o en su ideario, como "La Democracia de Pontevedra (1868) y "Unidad Democrática" (1853).

Aparecieron nuevos periódicos cómicos: "El Payaso" (1869); "El Chismoso", periódico que incluye la frase "husmeador, callejero y de carácter nacional joco-serio, charlatán en alto grado, pero inocente y sin pecado" (nace en 1881); otro es "¡¡Beso a Usted la Mano!!", que se autotitula "farsante universal" (1886).

Otros presentaban en el fondo o en la forma una tendencia radicalizante: "La Idea" (1870); "El Progresista", que añadía a su nombre la coletilla "libertad, orden, dinastía popular" (1872); "El Látigo" (1886) y "La Justicia" (1886).

Hubo uno monárquico aunque liberal: "El Progreso" (1869). Otros dedicaban sus páginas a temas educativos: "La Reforma" (1870), donde colaboró, entre otros, el institucionista Federico Sáiz; "La Luz" (1878); "El Escolar" (1891).

No faltaron los periódicos de organizaciones obreras o que dicen defender sus intereses: "El Hijo del Trabajo" (1882); "El Obrero" (1890) y "La Emancipación" (1898). Pero también los hubo declaradamente católicos: "El Criterio Gallego" (1893); "El Eco de Lourdes" (1898) y "El Áncora", que añadía en su cabecera "católico con censura eclesiástica", para que nadie desconfiase de su ortodoxia (1898).

Unos pocos estaban redactados en gallego: "O Galiciano" (1885); "O Novo Galiciano", que añadía la frase "defensor de los intereses gallegos" (1888) y "A tía Catuxa" (1891). "La Lealtad Gallega" fue el órgano oficial del carlismo (1895). Otro decía editarse "sólo para mujeres" (1894): "El Ángel del Hogar" (se me ocurre que debía tratarse de un ángel muy mal tratado). 

Otros títulos fueron ""El Orden", "El Dictamen", "La Constancia", "El Porvenir", "La Paz", "El Avisador" (cuyo nombre se me antoja muy apropiado y hermoso), "El Lérez", "La Voz de Suevia", "El Adelanto", El Eco de Tambo", "La Voz de Helenes", "El Trueno", "Los Amigos del Progreso" (órgano de la sociedad del mismo nombre, 1886), "La Tranca", "El Argentino" y "El Iris Literario". No son todos los que existieron, pero son una buena muestra del ímpetu periodístico, político, de humor y de interés por los asuntos públicos que despertó el liberalismo. No faltó imaginación al elegir los títulos, evocadores en unos casos, idealistas en otros, románticos casi siempre.

Antonio Odriozola ha sido el gran conocedor de estos temas así como sobre la imprenta en la Pontevedra del siglo XIX.

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