miércoles, 21 de marzo de 2012

Conveto e iglesia de Santa María della Grazie

Santa María delle Grazie
En el lugar donde había existido una iglesia dedicada a Santa María della Grazie, en la segunda mitad del siglo XV construyó Solari el actual convento e iglesia por encargo de uno de los Sforza (1463), pero en el tránsito entre los siglos XV y XVI Bramante la modificó en parte (claustro, sacristía, tribuna y ábside). Terminaría convirtiéndose en lugar para sepultar a los Sforza, señores de Milán. La obra sería acabada por Giovanni Antonio Amadeo. En el refectorio del convento se encuenta "La última cena" de Leonardo, pintada con una técnica distinta del fresco, lo que ha conservado la obra muy defectuosamente.

Cúpula, tribuna y ábside
Esta iglesia y su convento anexo son una buena muestra del mecenazgo practicado en Italia durante el Renacimiento, pero no solo, ya que fue propio también de otros países europeos. Mientras que Urbino, Florencia o la Roma de los papas tuvieron sus mecenas, también Milán en la familia de los Sforza. 

El renacimiento lombardo presenta características que lo individualizan y entroncan con estilos medievales, particularmente el románico y el gótico. Como ejemplo de lo que decimos tenemos la basílica de San Eustorgio, en la plaza del mismo nombre, construída sobre una antigua iglesia paleocristiana del siglo IV antes de Cristo; también la basílica de San Ambrogio (cuyos orígenes se remontan también al siglo IV) siendo Bramante, a finales del siglo XV, el autor de los claustros. 

El ábside y la tribuna de Santa María della Grazie presenta una gran monumentalidad, aunque parte de su fábrica es románica y gótica. Como en el siglo XX fue muy restaurada, el interés que se puso fue en conservar la parte que se debe, sobre todo, a Bramante. La fachada, de acuerdo con el gusto clasicista italiano, tiene una vertiente a dos aguas que recuerda un frontón clásico, además de un pequeño rosetón y arcadas de medio punto, pero domina la sobriedad propia del renacimiento quattocentista. El conjunto de la iglesia, de tres naves, contrasta con la gran cúpula poligonal con cubierta cónica (algo muy propio del renacimiento lombardo). Tras la cúpula la "tribuna" y el ábside debido a Bramante. La policromía al exterior es propia del renacimiento italiano, aunque más acusadamente en Florencia.

Las iglesias que siguen, también en Milán y citadas antes, presentan ciertas analogías con el gusto en la fachada de Santa María delle Grazie.

Basílica de San Ambrogio, Milán.



Iglesia de San Eustorgio

 

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