lunes, 16 de abril de 2012

Dos sepulcros de Andrea Sansovino

Andrea Sansovino vivió entre 1460 y 1529, por lo tanto en el tránsito entre el clasicismo quattrocentista y los comienzos del cinquecento. Fue discípulo de Pollaiuolo, y entre sus obras destacn los dos sepulcros que comentamos a continuación.

Tumba de Girolamo Basso della Rovere

La tumba del cardenal Girolamo Basso della Rovere está concebida como los arcosolios en las iglesias medievales, pero en éste caso el arco es de medio punto y el intradós está decorado. También el muro, con ángeles en un relieve "plano" o scchiaciato donatelesco. En el tímpano una Madonna con el niño desnudo que, en un contraposto, se apoya en su madre. Todavía hay alguna costumbre medieval como "sostener" el tondo donde se inscribe la Madonna con unos ángeles adaptados al marco. 

La estatua yacente del cardenal della Rovere está separada del relieve anterior por una estructura horizontal clasicista. La imagen yacente, cuyos ropajes son clásicos, no está concebida como era común (boca arriba y sobriamente) sino ladeada y con la cabeza apoyada en uno de los brazos, como si el personaje estuviese dormido, aunque con la mitra cardenalicia.

Sepulcro de Ascanio Sforza

El sepulcro de Ascanio Sforza forma parte de una estructura arquitectónica clásica dividida en tres cuerpos: el inferior es un zócalo en cuya parte central hay una inscripción alusiva al personaje. Sobre dicho zócalo una parte de la construcción con cuatro pilastras cortas donde se apoyan las cuatro columnas del cuerpo principal, flanqueando la tumba. Entre cada dos columnas, sendas esculturas clásicas por el tratamiento de los ropajes y por la inflexión de los cuerpos. El entablamento sobre las columnas está interrumpido por la arcada de medio punto, ya en el tercer cuerpo, donde a los lados hay dos estatuas sedentes que llenan el espacio para salvar la diferencia de altura desde el entablamento inferior al superior, sobre el que hay tres estatuas: dos laterales, convergentes hacia el centro con un claro movimiento clasicista, y un Cristo en majestad sedente en la parte superior de la composición. 

En el tímpano un tondo en el que está inscrita una Madonna, en éste caso con su hijo en brazos. 

 Detalle del monumento de Ascanio Sforza

Sobre el sepulcro está la imagen sedente del cardenal Ascanio Sforza, en la misma postura sedente y ladeada que el anterior, pero con la cabeza apoyada en una mano, al tiempo que el codo sobre almohadones, todavía más inverosímil si se trata de un difunto. Los pliegues son, en éste caso, más acartonados, como si las vestiduras fuesen más recias. También está tocado con la mitra cardenalicia. 

Descendiente de uno de los duques de Milán, había sido obispo de Parma, y luego participó en la reconcilización entre el rey de Nápoles, Fernando I, y los Sforza, lo que le dio fama de diplomático. Su familia estuvo muy relacionada con el papado, y tanto en éste caso como en el del cardenal della Rovere, se trata de personajes característicos de las clases dirigentes en la época, donde su estado eclesiástico no era obstáculo para la ambición, la política o la aspiración a la fama, lo que se refleja claramente en estos dos sepulcros.  

Ambas obras fueron hechas en mármol entre 1505 y 1507, y se encuentran en la iglesia de Santa María del Popolo, en Roma.  

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