jueves, 12 de abril de 2012

Lucha de Hércules y Anteo

La obra de A. Pollaiuolo que representa a Hércules luchando con Anteo es una muestra de la escultura renacentista italiana, obra de la segunda mitad del siglo XV, cuyo autor se había formado con Ghiberti (al igual que su hermano Paolo) y recibió la influencia de Donatello. El material es bronce, uno de los que más se utilizaron -junto con el mármol- en la escultura renacentista italiana. 


La escultura evoca el mito griego según el cual el gigante Anteo, que deseaba fundar una ciudad en el norte de África, cerca del estrecho de Gibraltar, asesinaba a todo aquel que por allí pasaba o se oponía a sus designios, hasta el punto de que algunas versiones hablan de que la ciudad se construiría con los cráneos de sus víctimas. Llegó a retar al héroe Hércules, con el que luchó denodadamente, pero como la madre de Anteo, Gea (la Tierra) cada vez que aquel caía al suelo le insuflaba nuevas fuerzas para continuar, Hércules ideó la forma de no dejarle tocar más el suelo y apretarle hasta asfixiarlo. Es lo que se representa en la obra que comentamos.

A. Pollaiuolo era florentino, pero trabajó en Roma a partir de 1484, donde trabajó para dos papas: Inocencio III y Sixto IV. Más conocido como pintor, el material preferido como escultor fue el bronce. 


En la lucha de Hércules y Anteo demuestra un gran dominio del dinamismo, lo que no se veía en la escultura gótica anterior, dominada por la serenidad de las composiciones religiosas; un gran conocimiento y dominio de la anatomía humana, pero al mismo tiempo un gusto por las formas angulosas (contrariamente a las redondeadas de otros escultores). El movimiento, consecuencia de aquel dinamismo, es inherente al tema representado; la composición es totalmente abierta, exigencia también del tema, y el modelado presenta múltiples ángulos, habiendo realizado esta obra, probablemente, con la técnica de la cera perdida. La textura lisa y brillante del material da una calidad intrínseca a la obra. El redescubrimiento del desnudo en el renacimiento es también una exigencia del tema mitológico.

Hay un evidente dramatismo en la composición, que contrasta con la serenidad que Donatello trasmite en la mayor parte de sus obras. En éste sentido se puede considerar como un anticipo de lo que será la escultura renacentista italiana del siglo XVI. 

Es obra de 1470; su altura 45 cm., pequeña para lo que es común en la escultura italiana del renacimiento, pero exitió un mercado de este tipo de obras de pequeño formato para coleccionistas. No obstante, estas últimas eran aún más pequeñas. Se encuentra en el Museo Nacional del Bargello, Florencia.

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