lunes, 30 de julio de 2012

No había llegado la primavera

Tierras de Guadalajara, donde tuvo lugar la batalla en marzo de 1937
Los soldados italianos que habían vencido en Málaga llegaron con la moral alta para luchar en la provincia de Guadalajara contra el ejército republicano. Una victoria de los sublevados y otra de los republicanos españoles, la del Jarama, en febrero de 1937. En el ejército italiano había milicianos, pero también experimentados militares, como en el ejército republicano español, en el que lucharon brigadistas internacionales y militares como el general Miaja, el coronel Lacalle, Vicente Rojo, Enrique Lister y el anarquista Cipriano Mera. 

Emilio Faldella fue un militar italiano que había participado entre octubre y noviembre de 1936 en la batalla de Madrid. También en la primera guerra muncial y luego se habia formado en el Servicio de Información Militar.  Junto con Mario Roatta dirigió la ayuda italiana al ejército español sublevado. Éste comando el "Cuerpo de Tropas Voluntarias", habiendo participado también en la primera guerra mundial. Italianos en España para luchar, como veremos, contra otros italianos, acompañadas las "tropas voluntarias" por un ejército español al mando del cual estuvo Moscardó. 

El día 7 de marzo, de madrugada, empieza una de las batallas más notables de la guerra civil española. Fue desatada por los itanianos de Roatta, que de acuerdo con los planes del general Franco querían facilitar la toma de Madrid desde Guadalajara. Los italianos aportaron ligerísimos carros con ametralladora, que permitián un avance rápido por la meseta alcarreña. Pero en marzo de 1937 no había llegado la primavera a la mayor parte del interior de España, por lo que la batalla se produjo con frecuentes lluvias, temporales, niebla y barrizales. En el ejército republicano participaron también milicianos nacionales, que fueron reclutados en los pueblos objeto de conquista o defensa. 

En los campos de Almadrones se libraron los primeros enfrentamientos, mientras el ejército de Moscardó avanzaba desde la provincia de Soria. Luego vendría el sufrimiento de los vecinos de Algora, Hontanares, Mirabueno, Cogollar, Masegoso, Brihuega, Miralrío, Bujalaro, Jadraque, Castilblanco de Henares, Cogolludo, Trijueque y Copernal, entre otros pueblos. Mirabueno fue tomado por Moscardó; Almadrones, Cogollar y Masegoso por los italianos del fascio; más tarde Moscardó ocupó Miralrío y Bujalaro, avanzando por el valle del río Henares. 

Los campos de Almadrones
Los sublevados avanzaron desde Sigüenza en dirección sur, mientras los italianos aplicaron lo que durante la II guerra mundial se llamaría "guerra relámpago": un rápido avance de tanques y artillería con el respaldo de la aviación. La resistencia republicana fue organizada por el general Miaja, dirigiendo a los brigadistas el comandante Vicente Rojo, pero la caída de Brihuega, feudo anarquista, en manos de los sublevados, fue un duro golpe. Los soviéticos ayudaron a los republicanos españoles con sus tanques mientras el día 11 se produjo un reagrupamiento de los italianos en dirección a Trijueque. Los lanzallamas italianos hicieron estragos entre la población mientras se incorporaba, a partir del día 12, Cipriano Mera, un anarquista metido a militar, con lo que ello tiene de jerarquía, de disciplina, de orden. Con el comunista Enrique Líster, formado militarmente en Moscú, colaboró el italiano Nino Nanetti (comunista), que llegó con tropas desde Madrid y se enfrentó a Moscardó. En Copernal Nanettí detiene a los sublevados mientras Líster e Hidalgo de Cisneros se disponen a recuperar Trijueque. Curiosamente aviones rusos serán pilotados por norteamericanos y soviéticos al mismo tiempo y en el mismo bando. Pero sigue el mal tiempo y mientras las bases aéreas republicanas estaban cercanas, las de los sublevados estaban lejos y nevadas, por lo que los italianos del fascio no pueden verse ayudados por su aviación.

En la recuperación de Trijuque para la República se llegó a luchar cuerpo a cuerpo, al tiempo que, el 14 de marzo, Roatta es partidario de la retirada: el general Franco se niega y la batalla continúa. Alberto Montanari y sus soldados del fascio, ahora en retirada, se refugian en el palacio de Ibarra, cerca de Brihuega, que va a ser objeto de conquista por uno y otro bando alternativamente. Serán los italianos garibaldinos, apoyo para la República española, los que luchen contra sus compatriontas por la recuperación del palacio, cuerpo a cuerpo, habitación por habitación.

Para la lucha en Brihuega llegan falangistas y miembros de la Guardia Civil; cuando la población cayó en sus manos, el dia 15, fusilaron a 36 personas civiles sin miramientos. Solo tres días después comenzaría el bombardeo de Brihuega por la aviación republicana, mientras tanques garibaldinos arrollaron a los italianos del fascio. Cuando Líster y Cipriano Mera tomen Brihuega para la República, el general Franco ordenará la retirada y dirigirá su atención hacia el frente del norte, que caerá entre agosto y octubre de 1937. Pero en Guadalajara se había producido la primera derrota militar del fascismo italiano, quedando el frente donde estaba anteriormente. Madrid, por ahora, quedaba a salvo, mientras que en los campos alcarreños yacían tendidos unos 4.400 muertos de ambos bandos y se curaban de sus heridas, si podían, unos diez mil soldados y civiles.

La batalla de Guadalajara, ya avanzada la guerra y todavía no perdida para la República, es una muestra de la resistencia de la población contra los sublevados, de la utilidad de la aviación y los tanques rusos, del idealismo y valentía de los brigadistas, del heroismo de unos y otros, porque los que tenían cierta edad ya habían reflexionado sobre la muerte, pero ¿y los jóvenes, la mayor parte, que ansiaban vivir para volver a casa, para reconstruir sus familias? ¿Que temores, que angustias y miedos sufrirían?

Foto antigua de Brihuega , al borde del rio Tajuña
(Ver: http://www.youtube.com/watch?v=7vkSFqsbBhE )

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