domingo, 16 de diciembre de 2012

No hay razón...

... para cambiar mi felicitación navideña del año pasado, por lo que la reproduzco aquí: 

Claro que deseo feliz Navidad a casi todos (excluyo conscientemente a los grandes especuladores y usureros, a los grandes explotadores, a los grandes taladores de vidas humanas).
En cambio me gustaría que tuviesen una feliz Navidad (y no la tendrán) muchas mujeres que representan el 70% de los pobres del mundo, muchos habitantes de los países empobrecidos (porque son ricos pero les han expoliado), los segregados tanto en la ciudad como en el campo, los que son pobres absolutos, los que sufren privaciones básicas, los que forman el "cuarto mundo", los que sufren el dualismo económico en los países ricos, ese 26% de la población mundial que en 2005 vivía con menos de 1,5 dólares al día, que representaba, en ese año, 1.400 millones de seres humanos; los que pasan hambre, los niños desamparados de toda piedad, los que no tienen ni una pequeña casita, los que sufren anemias, los que no tienen salud, los que carecen de medicamentos, los que no tienen agua potable, los inmigrantes. A estos deseo -aunque inútilmente- que tengan feliz Navidad.

A los opulentos y egoístas, a los que viven sin mover un dedo para que el mundo cambie a mejor; a esos no les deseo feliz Navidad. ¿Para qué si su felicidad consiste en vivir para reventar?

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