lunes, 14 de octubre de 2013

Esclavitud: ¿racismo o economía?


José Andrés Gallego ha estudiado la polémica entre historiadores sobre la esclavitud negra en diversas partes y por diversos estados, citando para ello la obra de Eric Williams, Capitalism and slavery (1944) y la de Frank Tannembaum, Slave and citizen: The Negro in the Americas (1946). Williams defiende que los británicos no practicaron la esclavitud en América por racismo sino por razones económicas, lo que luego llevó al racismo. También este autor defiende que gracias a la explotación de la mano de obra esclava se acumuló el capital que llevaría a la revolución industrial inglesa, sobre todo en Bristol, Liverpool y Glasgow. Para la práctica del esclavismo se llegaron a elaborar una serie de leyes que justificaban la esclavitud y ello dio ocasión a una crueldad extraordinaria. Cuando la esclavitud fue abolida no intervino al humanitarismo -siempre según el autor citado- sino la decadencia en la que había caído dicha práctica, pues eran más rentables otras formas de explotación. 

Williams contrastó el mundo ibérico con el anglosajón señalando que el paternalismo ejercido en el primero contrasta con la crueldad en el segundo, aunque ello deba ser matizado (digo yo) cuantas veces sea necesario. Así fueron apareciendo diferentes formas de esclavismo según se tratase de la tradición que esta institución tuviese en unos países y en otros. Para los ibéricos el negro era un ser humano (las leyes le pretegían pero se cometieron abusos sobre ellos) mientras que para el anglosajón el negro era una cosa como cualquier otra objeto de comercio. La Iglesia anglicana, cuando se empezó a practicar la esclavitud por comerciantes, funcionarios y la nobleza inglesa no movió un dedo, mientras que la Iglesia católica sí, aunque los resultados dependiesen más del voluntarismo de ciertos clérigos que de la propia jerarquía. Por otra parte, el los países Ibéricos la esclavitud era una tradición de origen romano -lo que no existió en Gran Bretaña- y dicha tradición continuó durante la ocupación musulmana de la península Ibérica por espacio de varios siglos: había por tanto una costumbre más arraigada de "aceptar" al otro que no se dio en el mundo anglosajón. 

El hecho de que en la América latina no abundasen las plantaciones no hizo tan necesaria la explotación del negro con el fin de sacarle el máximo beneficio, pero esto no parece una explicación suficiente porque sí existió la esclavitud doméstica y se utilizó a los negros para otros menesteres. La legislación anglosajona fue de nueva planta, lo que implicó considerar al negro inferior en tanto que tal negro: racismo. También habrá que matizar la actitud de la Iglesia católica con respecto a los esclavos negros, pues solo salió en defensa de aquellos que fueron bautizados: los consideraba "suyos" y no así los no bautizados. 

(Incompleto)

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