martes, 6 de mayo de 2014

La joven de Galicia

"La joven de Galicia", Murillo
La Sevilla de 1617, cuando nace Bartolomé Esteban Murillo, era ya una ciudad con un comercio muy activo, que se había ido desplazando desde la baja edad media hacia el sur, a partir de la meseta norte. La colonia genovesa, la portuguesa y otras bullían en aquella ciudad andaluza que había comenzado su importancia en época almohade. 

Aunque a Murillo se le identifica por su obra religiosa, con vírgenes y atmósferas celestiales, también pintó niños pobres y retratos de personajes nobles. Es un pintor barroco en toda regla, que bajó a la realidad de la vida cotidiana como hiceron otros, como hizo la novela picaresca, en la época en su máximo esplendor. El contrarreformismo hispano le obligó también -si no lo hizo por propio convencimineto- a la pintura religiosa. 

La obra de arriba representa a una joven sonriente de su época, con las tonalidades doradas que tanto gustaban a Murillo, menos dramático que otros pintores barrocos. El autor echa mano de la luz y de los contrastes: sobre un fondo obscuro resplandece el rostro de la joven, iluminada desde nuestra izquierda. Se trata de un cuadro pintado a mediados del siglo XVII, cuando el autor tenía unos ventiocho o treinta años (óleo de 63 por 43 cm. que se encuentra en el Museo del Prado, Madrid). No es una obra primeriza, por lo tanto, pero sí de su juventud.

De familia numerosa y hoy diríamos de clase media, pues su padre era barbero (en la época, como sabemos por "El Quijote" entre otras fuentes", los barberos practicaban ciertas cirujías) su temprana horfandad le dejó en manos de una hermana bastante mayor que él. Empezó a pintar con Juan del Castillo, según Palomino. Del primero seguramente tomó el gusto por los temas religiosos donde el personaje principal es la virgen María, además de las tonalidades dulzonas, renunciando al dramatismo tenebrista de Velázquez o de Caravaggio, por ejemplo. Palomino fue también pintor, sobre todo fresquista, más joven que Murillo, y al cual debemos informaciones sobre el pintor sevillano. 

Sabemos fijo que estuvo en Madrid aunque la mayor parte de su obra corresponde a su taller sevillano, donde moriría. No es seguro, sin embargo, que como era común entre muchos pintores, estuviese en Italia, donde la pintura renancentista y barroca llevaba mucho tiempo como referencia de todo el arte europeo.

El rostro de "La joven de Galicia" se parece mucho, en su tratamiento, a otras obras de Murillo: véase el "Niño con un perro", una década posterior (óleo de 70 por 60 cm.) que se conserva en el Museo del Hermitage de San Petersburgo. También se puede comparar la obra aquí comentada con el rostro del niño que aparece en "Vieja con niño", sobre 1650 (146 por 106 cm.) que se encuentra en el Museo Wallraf-Richartz de Colonia. Tratamiento distinto da, sin embargo, al rostro de la joven que pinta en su obra "Joven y su dueña", pintada en 1670 (óleo de 106 por 127 cm.) que se encuentra en la National Gallery of Art de Washington.

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