jueves, 1 de enero de 2015

Espartero el delator

Bañeres (Alicante)
Durante el trienio liberal Espartero estaba en América guerreando contra los independentistas, aunque no participó en la que parece definitiva batalla de Ayacucho en 1824, pues había viajado a España para volver a América sin posibilidades de cambiar las cosas; más bien al revés, estuvo preso de Bolívar durante tres meses. Por lo tanto no pudo ser impregnado de las ideas liberales del "trienio" y con anterioridad al mismo no participó en ninguna intentona liberal contra el rey absoluto: era demasiado joven (ventiún años en 1814) y antes había luchado en favor de dicho rey y contra el francés. Parece que las ideas liberales de Espartero le vienen de la guerra carlista. Durante la guerra de 1808 participó, con derrota española, en la batalla de Ocaña, cuya noticia, al llegar a América, parece que fue decisiva para que las Juntas constituidas allí concibiesen que debían continuar y afianzar su autonomía.

Pero durante la década que comienza en 1823 Espartero se dedicó, según ha podido demostrar José Cepeda Gómez (1), a delatar a los liberales que preparaban tantos cuantos levantamientos fuesen necesarios para obligar al rey a aceptar el régimen liberal. En el expediente relativo a Espartero que se encuentra en el Servicio Histórico Militar de Madrid, se hace una referencia a nuestro personaje diciendo que "comunicó [en 1826] reservadamente al Gobierno que algunos Españoles emigrados... le enteró uno de ellos que en Londres se había formado una Junta presidida por Mina que trabajaba una nueva conspiración". A continuación se añade que "es documento curioso y está todo de su letra, y fue una delación espontánea. Se llama d. Valdomero Espartero...". Aunque Cepeda Gómez dice que dentro de la carpetilla no está el manuscrito de Espartero, en otra, que corresponde a la documentación de 1854, hay otros documentos referidos a Espartero como delator. 

"Acabo de llegar a esta plaza [escribió Espartero] de regreso de los baños de Bañeres (2), a cuyo punto me dirigí en virtud de Real orden con el fin de restablecer mi salud... y me apresuro a participar a V.E. que hallándose en dichos baños y sus cercanías algunos españoles emigrados... supe por uno de ellos de un modo positivo que en Londres se había formado una junta presidida por Mina teniendo por objeto el de trabajar incesantemente en conseguir una nueva conjuración en España para cuyo fin han mandado comisionados a las Capitales de provincia... El fin a que se dirigen los traidores es a destronar el actual gobierno, estinguir  toda la familia real y proclamar por rey de España y Portugal al Emperador de Brasil..." El documento tiene fecha de 29 de noviembre de 1826 y está escrito en Pamplona, va dirigido al Secretario de la Guerra para que este "se digne ponerlo en conocimiento del Rey Nuestro Señor...". No obstante se dice en otro documento de 1854 que el texto es copia del original y que este quedó en poder del Secretario de la Guerra.

Otro documento firmado por Pantaleón Olabe es una certificación que se extiende a favor de Espatero por haber colaborado de la forma que se ha dicho arriba; lleva fecha tres de marzo de 1828, Pamplona. El autor al que citamos en este artículo señala que la delación de Espartero es auténtica a la vista de estos y otros documentos consultados. En relación al emperador Pedro de Brasil, que acababa de "conceder" en 1826 una carta constitucional a los portugueses, como había hecho con los brasileños, se cita la memoria de Antonio Baigues, espía a favor de Fernando VII o doble espía según se interpreten ciertas actuaciones del personaje. En esta memoria se habla de las disensiones entre Mina y otros conspiradores liberales de la época, lo que hoy está ya comprobado por las investigaciones de diversos historiadores. El interés de estas memorias es que su contenido coincide con las denuncias que había hecho Espartero.

También participó Espartero en la política de represión llevada a cabo por Rober d'Espagna de Ramefort, conde de España y descendiente de una familia huía de Francia durante la Revolución. José Segundo Flores (3), a quien cita Cepeda Gómez, relata en la biografía de Espartero que en su destino en Barcelona, como después en Baleares, "hásele atribuido por algunos un odio encarnizado a los liberales, a quienes, dicen, que perseguía de muerte". Luego añade que el furor de Espartero contra los liberales era debido a estar a las órdenes del conde de España y a la necesidad que tenía de ascender profesionalmente, pues no había alcanzado sino el grado de brigadier, que en el siglo XIX no parecía ser muy alto. Respecto de sus servicios en Logroño varios mandos militares informaron, entre 1827 y 1829, que estaba probada su adhesión al rey Fernando VII.
Granátula de Calatrava, en el centro de la provincia de Ciudad Real
Ante la necesidad de contar con personal afecto, que el rey encontró entre sus colaboradores de siempe y entre los liberales moderados, Espartero siguió ascendiendo profesionalmente, hasta que la guerra de 1833 le puso del lado de quien ya estaba, y al tener que luchar con tanto realista, absolutista, carlista, curas y pueblo, no es extraño que, habiendo disfrutado de las mieles del éxito social, abrazase las ideas liberales ya sin temores, atreviéndose además, durante su regencia, a continuar la expropiación de bienes del clero, al que había combatido hasta 1839. La pugna con la regente y sus colaboradores, hasta el punto de que la sustituyó, solo fue posible una vez que Espartero estaba en la cumbre de la gloria militar, victorioso en Luchana o Portugalete, en Oñate...
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(1) "El general Espartero durante la 'década ominosa' y su colaboración con la política represiva de Fernando VII".
(2) Al norte de la provincia de Alicante.
(3) "Espartero. Historia de su vida militar y política...", Madrid, 1947.

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