miércoles, 22 de julio de 2015

Los indígenas se guardan la ropa

Vista parcial de Chuquisaca (actual Sucre), al sur de Bolivia


La historiadora María Luisa Soux (1) ha publicado un interesante artículo en el que hace un repaso –a la vez que aporta su interpretación- sobre el papel de los indígenas del alto Perú (actual Bolivia) durante el proceso de independencia de la corona de España. No está claro –creo- que la intención de los indígenas fuese política en el conjunto de acciones que les llevaron a ser más o menos protagonistas, aunque sí está claro, como en otros muchos casos, que las intenciones que tuvieron fueron sociales, es decir, mejorar sus condiciones fuese cual fuese el que mandase: la nueva oligarquía criolla o la nobleza española.

La sublevación que se dio en la región entre 1809 y 1812 les llevó –según la autora citada- a plantearse las cosas desde su perspectiva, es decir, mantener un equilibrio entre las dos partes en conflicto, sin tener intención alguna de crear un estado, con lo que ello implica, independiente de la monarquía hispana. Si esto es así, las intenciones políticas de los grupos indígenas no existieron. Lo que sí parece probado es que pretendían el acceso a la tierra y protestaron contra el nombramiento por la corona de los caciques, contrariamente a como había ocurrido anteriormente. La participación de los indígenas protobolivianos se incorporó al trabajo de las juntas independentistas que se formaron en Chuquisaca y La Paz. Las dos ciudades pertenecían al Virreinato del Río de la Plata en las fechas citadas, así como a la Audiencia de Charcas.

La autora señala que el fracaso de los objetivos indígenas marcaron el devenir de la independencia, quedando estos excluidos en la actual Bolivia. Es muy interesante la observación que se hace en el artículo que comento sobre la denominación que se fue dando a los indígenas en los diversos textos legales a partir de la independencia: mientras que comúnmente se hablada de indios, en la Asamblea constituyente de 1826 algunos fueron partidarios de que no se les denominase de forma alguna, ya que debían ser considerados como el resto de la población (criolla), mientras que otros quisieron llamarles indígenas para marcar diferencias respecto de la época colonial. Así se hizo durante la primera etapa de la república independiente, o bien “casta indigenal”. A partir de 1952 se les llamó campesinos, prueba de que no habían salido de esa condición, y en los últimos años se habla de “pueblos originarios”. Esto nos sirve para considerar que no ha habido una verdadera integración entre los diversos grupos que formaron la Bolivia antigua.

La autora cita la obra de Alipio Valencia (2) quien, desde una visión materialista, muestra al indio como la víctima de ambos ejércitos, el independentista y el realista. Para este autor la población indígena estuvo y estará explotada durante la república y la participación de los indios en las revueltas fue por motivos ajenos a los de las clases dirigentes. Por su parte, Charles Arnade (3) señala la ambigüedad de la población indígena, sobre todo condicionada por las facciones internas en ella, apuntando a que la participación en las revueltas constó de una clara motivación aventurera, es decir, aprovechar el momento para saltarse las opresoras leyes. René Arze (4) señala que los indígenas tenían objetivos propios, tenían un “programa popular” formado de razones económicas y sociales, no políticas. Marie Danielle Démèlas (5) aporta una visión interesantísima: el “awqa” (tiempo de la guerra) era algo así como un destino religioso… la guerra aimara sería “el enfrentamiento de dos principios absolutamente opuestos [siendo el desenlace] la victoria total o la derrota sancionada por la muerte”.

Paisaje próximo a Oruro

Los indígenas se incorporaron a la revuelta cuando “la percepción de la injusticia se hizo insoportable” y lo hicieron de dos formas diferentes: organizándose de forma autónoma o aliándose con los insurgentes criollos. Si veían que no tenían opciones de triunfo, se retiraban “buscando cumplir lo estrictamente necesario con los dos grupos en pugna”.

Eric Van Young, a quien cita María Luisa Soux, señala que, para el caso de México, los propósitos campesinos de participar en la contienda fueron únicamente incidentales … y no encauzados hacia la conformación de un Estado-nación, en una visión que el autor citado llama “localocéntrica”. Por su parte James Scout señala que “los campesinos, siervos, esclavos, negros, prisioneros y demás grupos que ocupan los escaños más bajos de la escala social no pueden tomar el riesgo que implica un desafío abierto y frontal al sistema… De hecho, están menos interesados en cambiar las grandes estructuras del estado que en lograr que en su vida cotidiana y concreta el sistema les agreda lo menos posible”.

Las posiciones indígenas variaban constantemente, de forma que existieron comunidades o ayllus que apoyaban a uno u otro bando, e incluso familias que apoyaban a los dos ejércitos (creo por mi parte que esta es la prueba más evidente de que –al menos entre parte de los indígenas- no había intención política, sino aspiración a la supervivencia).

La autora a quien seguimos aquí cita el caso del mulato Francisco Ríos, alias el “Quitacapas”, que promovió un levantamiento popular en Chuquisaca. Fue apresado en Oruro, al oeste de la actual Bolivia y a más de 3.700 metros de altitud. Cuando se le juzgó, la cholada (los indígenas) asaltaron la casa de una autoridad. Otros intentos no fructificaron y luego siguió la represión de los cabecillas. En Toledo (1809) se dio otro movimiento (cerca de Oruro) que tuvo como motivo aparente el nombramiento por la corona de caciques “cobradores advenedizos”. A fines de dicho año un conflicto interno enfrentó a dos familias, los Titichoca, a la cabeza de la cual se encontraba Manuel Victoriano Aguilario de Titichoca, y los Cayoja, con Pedro y Domingo Cayoja al frente.


(1)    “Insurgencia y alianza: estrategias de la participación indígena en el proceso de independencia en Charcas. 1809-1812”, 2009.
(2)    “El indio en la independencia”.
(3)    “La dramática insurgencia de Bolivia”.
(4)    “Participación popular en la independencia de Bolivia”.
(5)    “La invención política. Bolivia, Perú y Ecuador en el siglo XIX”.

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