lunes, 26 de septiembre de 2016

¿Flota musulmana en la invasión de Hispania?




Hay una viva controversia sobre si los musulmanes del norte de África, a principios del siglo VIII, emplearon la flota de Ifriqiya para invadir la península Ibérica. Julia Montenegro y Arcadio del Castillo defienden en un trabajo publicado en 2012 que fue otra flota, construida a propósito para la invasión, la que participó en la misma. Dicen también que la invasión del reino visigodo fue consecuencia de la expansión en la que estaba inmerso el islam. Algunas fuentes, sin embargo, hablan de que Abbas Ibn Uyayl entró en al-Andalus como conquistador, “y vino desde allí en barcos a Ifriqiya”. ¿Cabe suponer que esos barcos son los que hicieron el viaje de ida?

Lo que sí parece estar claro es que la flota de Ifriqiya se empleó en una expedición contra la isla de Sicilia a finales de 705 de la era cristiana, llegando a la ciudad de Siracusa. Una fuente señala que Muza, en ese momento valí de Ifriqiya, envió a Mudrik para que cobrase tributos a las tribus bereberes y que después le encargó los barcos africanos a Ajyal, el cual navegó a Sicilia y conquistó Siracusa. Los autores citados[1] hablan de que la flota de Ifriqiya también se empleó en una expedición marítima a Cerdeña que tuvo lugar entre octubre de 710 y octubre de 711, justo cuando se produjo la invasión del reino visigodo, luego no pudo ser mediante la flota de Ifriqiya. Tampoco admiten los autores citados la hipótesis de Abert Gateau de que la flota que llegó al reino visigodo fue enviada desde Cerdeña.

Los barcos para invadir la península Ibérica, según muchas fuentes musulmanas, fueron puestos a disposición de los invasores por Julián, el traidor del rey Rodrigo y apoyo para los witizanos en el contexto de las luchas internas del reino visigodo. También considera esto así Ximénez de Rada, si bien este autor escribe en el siglo XIII, lógicamente conociendo fuentes anteriores. Unas fuentes hablan de que Julián pasó a la península desde el norte de África al mismo tiempo que Tariq, el cual habría mandado construir los barcos, que además tenía barcos de Tánger, pero que quiso navegar desde Ceuta.

Otra cosa es si la flota de Ifriqiya fue utilizada para el traslado de Muza, el cual estaba intentando neutralizar las amenazas bizantinas en la zona. Ordenó vigilar a los bizantinos de Sicilia y Cerdeña entonces. Muza parece haber salido de la península para regresar a Ifriqiya llevándose el botín “con el que Dios le había gratificado, transportando en barcos todos los ricos despojos que formaban el oro, la plata y las pedrerías hasta Tánger, y después fueron cargados en carros”. Muza había llegado a la península a mediados de 712 y permaneció aquí dos años.

En cuanto a la elección de Rodrigo como rey visigodo, dicen los autores que no pudo ser casual, pues tenía amplia experiencia militar y ya se sabía en la corte toledana sobre las pretensiones expansionistas de los musulmanes del norte de África. El conde con Julián se produjo en 709 y en ese momento ya sabían los norteafricanos que era factible una victoria sobre Rodrigo. Supieron también que contarían con ayuda interna, los witizanos y esto explica el rápido triunfo. No pude ser casual –dicen Montenegro y del Castillo- que cuando se produjo el desembarco de Tariq el rey visigodo se encontrase en la zona norte de la península, por lo que contó con información precisa de los traidores. Para García Moreno, Julián sería un comandante bizantino de Ceuta, quien se había puesto al servicio de Witiza para ostentar el condado de Julia Traducta (Algeciras). Esto último no es admitido por los autores a quienes sigo aquí, pues lo que hoy conocemos como Algeciras era conocido entonces como “La Isla” y “La Verde”, y esos nombres eran aplicados a varios puntos en el litoral de África y España.

De todas formas la invasión no estuvo programada y fue producto de una oportunidad que se vio en un determinado momento. Incluso hubo reticencias por parte de algunas autoridades musulmanas (al-Walid) para que se produjera, e incluso en 719 se planteó la evacuación de los musulmanes de la península, a los que se consideraba demasiado aislados del resto.




[1] “La invasión musulmana de la península Ibérica en el año 711 y la flota de Ifriqiya”.

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